La toxina botulínica es una proteína natural purificada que relaja los músculos faciales. Se inyecta en pequeñísimas dosis donde existen arrugas de expresión, como en el entrecejo, para conseguir la eliminación o atenuación de las mismas y prevenir la aparición de nuevas arrugas.
La toxina botulínica es una solución eficaz y segura en prácticamente todos los casos de hiperhidrosis axilar y en una gran mayoría de las hiperhidrosis palmares y focales.
Funciona bloqueando el estímulo nervioso sobre la glándula sudorípara. Y la glándula no puede sudar si no recibe una orden del nervio. El efecto de la toxina botulínica es reversible y dura unos 6 meses.