La técnica tiene un efecto inmediato tensor en toda la zona del mentón y a lo largo de la longitud del cuello, redibujándolo y devolviéndole la tersura y elasticidad perdidas. Los tejidos se retraen y elevan, pero su efecto va más allá, ya que mejora la elasticidad de las zonas donde se aplican como el contorno del óvalo facial.
Ha pasado a ser el tratamiento de mayor éxito en el rejuvenecimiento facial por sus grandes resultados y que se trata de un procedimiento sencillo, sin incisiones ni cicatrices y con anestesia tópica o local.
Si quisiéramos realizarnos un tratamiento completo facial, incluido cuello, pudiera llegar a requerir de entre 40 y 100 hilos en una sola sesión, o lo espaciaremos en diferentes sesiones y así poder incorporarnos a nuestra vida laboral y social al salir de la consulta. No necesitará un tiempo de recuperación y pudiendo reincorporarse inmediatamente a su vida cotidiana.